Uno de los grandes dilemas de nuestro tiempo, en cuanto a formación se refiere, es la dicotomía online Vs presencial. Cada una con legiones de defensores que, muchas veces, se dedican a atacar a la otra opción más que defender la propia. Por supuesto cada opción tiene sus ventajas e incovenientes, sus fortaleces y debilidades que también dependen de cada alumno. No es lo mismo una persona cuando tiene 30 años que cuando tiene 18. La madurez juega un papel importante en la formación, como en tantas otras cosas. También es evidente que hay formación que no tiene sentido hacerla online, generalmente una parte de ella, sobre todo en temas prácticos. Por más que lo intentemos no es lo mismo hacer prácticas de conducir en un coche con tráfico real, que hacerlas en un ordenador.
Por otro lado, la inversión de tiempo que requiere un curso presencial y la falta de flexibilidad que tiene es un dato muy importante a tener en cuenta. Muchas veces el no poder cumplir con los horarios, rápidamente acaba en un abandono prematuro de la formación. En cambio en un curso online la flexibilidad es total, pudiendo dedicar tiempo cuando podamos. En definitiva un tema complejo, y que debe comenzar con un análisis de la persona que realiza la formación. Un mito muy extendido, es que una persona necesita más disciplina con la formación online que con la formación presencial. Es un mito, porque la disciplina o el tesón son necesarios independientemente de la formación seleccionada. Es inherente al proceso de aprendizaje, por lo tanto si de base no aseguramos de sabotearnos diciendo que no tenemos, el fracaso está asegurado elijamos lo que elijamos.
Veamos las fortalezas de cada tipo de formación.
Fortalezas de la formación presencial.
- Costumbre. Sí, costumbre. Desde pequeños nos han acostumbrado a recibir una formación presencial. Tendemos a creer que es una formación más seria y real. Y ese convencimiento es un arma poderosa.
- Socialización. Ciertamente como seres sociales que somos, la presencia de otras personas es un gran estimulo que ayuda al aprendizaje.
- Por ahora, la mayor parte de los contenidos formativos están pensados y creados desde un punto de vista presencial.
Fortalezas de la formación online.
- Hiperconectividad. Internet es una ventana al mundo y al conocimiento. Nada tiene más sentido para la formación que la propia filosifia de internet. El hipervinculo y la conocimiento colectivo.
- Asincronía. No hay que coincidir temporalmente con el profesor, no hay una hora concreta de clase. Cada alumno puede ir al ritmo que más se le adecue en cada momento. La flexibilidad es total.
- Nuevas formas de aprender. Internet ofrece un mundo nuevo lleno de posibilidades muy alejadas de las que se puede imaginar en un aula tradicional.
Pero esto es una confrontación con ganadores y perdedores? La realidad es que se trata de formaciones complementarias. Y aunque aún estamos en ese proceso de ajuste, parece obvio que la formación del futuro, del futuro inmediato, será una formación que compaginará cada vez más ambos tipos de formación. Potenciando las fortalezas de cada una, y minimizando las debilidades ya que ambas se complementan.